En una noche sin luna y fría noche de Enero, bajo la capa de estrellas que prenden del firmamento, el cerdito y la cerdita se juran amor eterno y acrecientan en gruñidos el devenir de sus sueños. Él la mira y le acaricia con su hocico. Y se dan besos enlazando sus dos bocas en consentido cortejo. Y pasean por la granja… y se afanan sobre el heno… y alzan mullido forraje como improvisado lecho, estructurando un futuro plagado de luz y ensueño. Nunca hubo tanta poesía pertrechada en tanto verso. A la mañana siguiente, fría mañana de invierno, ataviado en sinsabores llega alterado el granjero, escupiendo maldiciones y bramando juramentos. Trae garrote en la mano y en el corazón veneno. Se aproxima a la cerdita y tras un grito severo, consigue embutirla a golpes en fría jaula de hierro. ¿Por qué…? -pregunta el cerdito- al ver lo que está ocurriendo. Se aproxima hacia su amada, que le sonríe en silencio, y le susurra al oído palabras de amor. Y un beso con sabo
Frondoso bosque de verdor henchido que el fino arroyo entre sus aguas baña. Lúdica flauta pastoril que empaña el verde prado del jardín florido. Febriles notas, que un pastor sumido en amores , seduce a la montaña, y perfila al solaz de una cabaña en cuyo lecho pernoctó Cupido. Pacen merinas de hondos pastizales balando junto a campesinas flores de suave tacto y peculiar perfume. Resuenan himnos junto a los trigales dorados. Se deleitan los pastores en grato canto que su amor consume. Jesús Angel Bordonaba
Hoy ha charlado conmigo el niño que llevo dentro. Dice que no me conoce, que no hablamos hace tiempo y que el paso de los años ha diluido mis sueños. En esa charla he vivido ramilletes de recuerdos que al pronto me han transportado a ese niño tan risueño que alegre correteaba por las callejas del pueblo y jugaba a las canicas en el patio del recreo y a horcajadas se sentaba en las piernas de su abuelo mientras éste le contaba, en el hogar, junto al fuego, historias con moraleja y le relataba cuentos. Hemos evocado instantes de hace mucho...mucho tiempo de historias inacabadas de ilusiones y de anhelos. Junto a él he sido feliz, junto a ese niño pequeño, rebosante de ilusiones, que todos llevamos dentro. Jesús Angel Bordonaba
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