
SUBLIME ELOISA Sentada junto al piano, sublime está Eloísa, vestida va de raso, zapatos de charol y son sus dedos alas, que mueve cual la brisa a las azules olas, tocando un Si bemol. Las danzarinas notas que el amor improvisa irisan el espacio cual pulcro tornasol y la joven indiana de pertinaz sonrisa no aparta su mirada del príncipe mogol. En noble porcelana tazas de té se ofrecen y dulces fruslerías llegadas de ultramar hacen las mil delicias de cuantos comparecen tocados con bordados y ojales de alamar. Y los enamorados, colmados de embeleso, afirman sus amores en un sonoro beso. Jesús Angel Bordonaba.