
MURIERON CON LAS BOTAS PUESTAS Suenan ecos cheyennes en Montana cuando “el séptimo” carga a cielo abierto un ataque frontal a descubierto, sable en alto al final de la mañana. Toro Blanco, que en gestos se desgrana y a sus bravos ordena con acierto, provoca en los soldados desconcierto haciendo de ellos mella en grácil diana. Florea la corneta en retirada mientras entran los indios a degüello entre gritos y cánticos siniestros. Minutos antes de perder el cuello, ríe Custer y dice: “no son nada” al ataque soldados….¡ya son nuestros! Jesús Angel Bordonaba