VIEJA CAGANDO


Asentada en su retrete,
una vieja deponía
viandas que anoche comía
en un peculiar banquete.
Al ir a limpiar su ojete
dijo en tono triste y quedo
entre un bufido y un pedo
frunciendo el ceño y la  piel:
“Por más que doblo el papel
siempre mojo y mancho el dedo”.

Jesús Angel Bordonaba

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