EL AULLIDO

Fue en una noche sin luna, sin estrellas ni luceros. Los jardines, olvidaron las fragancias y los besos. Las callejuelas, desiertas… desierto y callado el pueblo… desoladas avenidas… repetitivos silencios. Solo se escuchó un aullido que venía de muy lejos, seco, afilado e hiriente, transportado por el viento. Fue aquella noche de brujas de fantasmas y misterios de espectros y soledades, de espíritus y de miedo. Jesús Angel Bordonaba