RECOGIMIENTO
RECOGIMIENTO
La
tarde estaba lluviosa,
melancólica,
apagada,
y
al paisaje ceniciento
lanzaba
guiños el agua.
Las
campanas de la iglesia,
afligidas,
apenadas,
tañían
tocando a muerto
con
tristes notas pausadas.
La
lluvia en los ventanales,
llorosa
repiqueteaba
y
cárdenos nubarrones
cubrían
calles y plazas.
Yo,
absorto permanecía,
triste,
junto a la ventana
contemplando
en los cristales
el
reflejo de tu cara.
Jesús
Angel Bordonaba
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