CUANDO NO HAY PAN...
CUANDO NO HAY PAN…
Una dama acicalaba
sus vergüenzas con denuedo
y “su cosa”, con el dedo
lentamente enjabonaba.
Con vigor se
restregaba
allá en su “cueva” de abajo.
Terminado ya el trabajo
dijo entre el espasmo y gusto:
“Más vale un dedo
robusto
que un lujurioso colgajo”.
Jesús Angel Bordonaba
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