MURIERON CON LAS BOTAS PUESTAS
Suenan ecos cheyennes
en Montana
cuando “el séptimo”
carga a cielo abierto
un ataque frontal a
descubierto,
sable en alto al
final de la mañana.
Toro Blanco, que en gestos se desgrana
y a sus
bravos ordena con acierto,
provoca en los soldados desconcierto
haciendo de ellos mella en grácil diana.
Florea la corneta en
retirada
mientras entran los
indios a degüello
entre gritos y
cánticos siniestros.
Minutos antes de perder el cuello,
ríe Custer y dice: “no son nada”
al ataque
soldados….¡ya son nuestros!
Jesús Angel Bordonaba
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